Un 5 de marzo del 2020 cientos de jóvenes estudiantes de Puebla hicieron historia al marchar por diversas calles de la ciudad con la denominada Mega Marcha Universitaria para pedir el freno de la inseguridad y delincuencia en la entidad.

A un año de la caminata más grande en la historia del estado, integrantes de la Asamblea Universitaria -que se creó a raíz del movimiento pacífico que se desarrolló- comentaron que dejaron algo positivo y de ejemplo, lo cual puede servir para las futuras generaciones.

Ricardo Nogales, estudiante de administración pública y gestión para el desarrollo en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) destacó a El Popular, Diario Imparcial de Puebla, que la actividad que se realizó justo hace 12 meses, quedó como aprendizaje y un momento que ya es histórico.

“Es algo que no se debe de perder, es algo que se debe de innovar, con nuevas generaciones, o los mismos, pero con grados más altos, si ya estamos haciendo esta colectividad podemos seguir trabajando, no tiene por qué perderse la unión”, destacó.

Dijo que, si bien políticamente no se ha trabajado como ellos lo han querido, en el sentido de estar al 100 por ciento en cuanto a las peticiones que hicieron al gobierno estatal, admitió que en un sistema gubernamental es a veces difícil modificar ciertas cosas que ya vienen así, pero lo padre y lo que destacó mucho fue concientizar a la sociedad.

“Lo que causamos fue mucho impacto, fue concientizar una gran parte de la sociedad, porque el movimiento estudiantil no se quedó en eso, en solo estudiantes, se rompieron muchos paradigmas”, destacó el joven.

Ricardo confía en que en este 2021 se puedan seguir generando este tipo de agrupaciones y marchas, ya que sentenció que cuando regresen a las aulas este tipo de actividades se van a seguir haciendo.

 “Lo vemos con las chicas feministas, mis respetos para ellas, han sufrido bastante y siguen de pie; los movimientos LGBT, etc.; nosotros el año pasado como estudiantes, históricamente estas manifestaciones se han vivido muchas veces con distintos propósitos, pero siempre levantando la voz; fue una experiencia triste y muy bonita a la vez, te quedas con lo bueno y malo porque aprendes, ya no vas con los ojos cerrados”, precisó.