DESDE 2018, por lo menos cinco menores de edad han fallecido en municipios de Puebla a causa de supuestas balas perdidas, esto derivado del crimen organizado que cada día es más latente en el estado poblano. El caso más reciente es el del pequeño Santiago Calixto, quien el pasado 4 de mayo murió en Santa María Xixitla, en San Pedro Cholula.

El primer caso ocurrió el pasado 18 abril de 2018, cuando Edwin Miranda, un niño de dos años de edad, falleció en el hospital luego de haber sido alcanzado por una bala mientras se encontraba en su casa. Esto en la comunidad de Santa Ana Xalmimilulco, del municipio de Huejotzingo.

Lo anterior luego de que se llevara a cabo un enfrentamiento con armas de fuego en un campo de beisbol que se ubicaba muy cerca de su hogar.

El pasado 24 febrero del año en curso, Aarón Daniel, un pequeño de ocho años de edad murió al ser trasladado al Hospital General Gonzalo Río Arronte. El menor fue víctima colateral en una balacera que se desató durante una fiesta de XV años en la localidad de San Juan Portezuelos, del municipio de Atlixco.

Otro hecho trágico ocurrió en San Martín Texmelucan, el pasado 3 de abril de este 2019, cuando un niño de 12 años feneció en una clínica de la localidad de Santa María Moyotzingo del municipio de San Martín Texmelucan.

Igual que en los anteriores sucesos, una bala perdida lo impactó en un enfrentamiento entre grupos delictivos de dicha zona.

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Uno de los episodios más recientes ocurrió en la Ciudad de México, en el Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) Plantel Oriente, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el pasado 29 de abril.

En aquella ocasión ocurrió la muerte de la joven Aideé Mendoza, quien era originaria de Tempexquitlá, municipio de Huatlatlahuca; lo anterior derivado de una posible bala perdida que recibió mientras estaba en su clase de matemáticas.

El caso más reciente se trata de Santiago, un pequeño de nueve años que falleció el pasado 4 de mayo en Santa María Xixitla del municipio de San Pedro Cholula, mientras acompañaba a su abuelo en el trabajo.

El abuelo de Santiago se dedicaba a estacionar vehículos en un hotel de la demarcación.

De acuerdo con información del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, tan sólo en el primer trimestre de este 2019, en el estado de Puebla se abrieron 367 carpetas generales de investigación por homicidio con armas de fuego.