En el puerto de Progreso, Yucatán, un deportista encontró el cadáver de un delfín, en una playa de la comisaría de Chelem, a 42 kilómetros de la capital del estado.

En la entrada de una playa conocida como Maeba yacía sin vida el mamífero de poco más de dos metros de largo y alrededor de 160 kilos.

El cadáver presentaba una hemorragia en el ojo.

Al sitio arribaron policías y una bióloga, quien notificó que el delfín era de los conocidos como “nariz de botella”, el mamífero fue sepultado en la misma playa, por recomendación de la bióloga.

Una gran parte de los mamíferos marinos que varan en las costas yucatecas llegan muertos, de acuerdo al biólogo Raúl Díaz Gamboa, doctor en Ciencias Marinas por la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY).

Actividades humanas como la pesca, ocasionan un alto índice de mortalidad en las especies marinas, mientras un menor porcentaje se debe a que la edad de los animales les provoca alguna enfermedad por lo que terminan desorientados, aseguró el experto.

También lamentó que las colisiones con embarcaciones o el uso de los delfines como carnadas de tiburones influyen en sucesos de ese tipo.

Con información de El Universal