Apuntó que con el apoyo de los padres de familia se logró la construcción de tres cabañas, que supuestamente darían albergue a los estudiantes por unos meses, en tanto se llevaba a cabo la construcción de nuevos salones, pero ya pasaron dos años y alumnos y maestros continúan trabajando en condiciones inadecuadas.

Desde el 2017 se giraron diversas peticiones a diferentes figuras del gobierno y órganos locales y estatales, entre ellos al Comité Administrador Poblano para la Construcción de Espacios Educativos (Capcee), y todos se comprometieron con la reconstrucción del plantel; sin embargo, hasta el momento no se ha presentado algún proyecto o plan.

Señaló que estos espacios causan problemas en tiempo de lluvias, pues el agua se filtra a través de los techos y paredes, que están construidos a base de cartón y madera. En la temporada de frío, alumnos y docentes se ven obligados a soportar las bajas temperaturas que se registran en esta zona, lo que ha ocasionado un gran número de enfermedades respiratorias. Durante los días de calor, y debido a que son espacios techados con láminas de cartón y petróleo, se generan malos olores y la temperatura puede llegar a ser insoportable.