Arjona, en metamorfosis

Arjona, en metamorfosis

Febrero 02, 2012
  • El guatemalteco cumplió las expectativas de sus seguidores; aunque el show recreó atmósferas, le faltó cantar temas
 José César HERNÁNDEZ FRÍA, LA última noche del primer mes. El congestionamiento vehicular afuera del Auditorio Siglo XXI parecía emular al lobby del recinto en número de espectadores, los cuales presenciaron el Metamorfosis world tour de Arjona, un show abarrotado en su capacidad. El escenario para el guatemalteco contó con un guión y una escenografía giratoria de dos ambientes. En el primero de ellos, la sala de una casa. Y como pasa en la realidad, el intérprete esperó a la instalación de sus amigos músicos en el foro para salir. Los saludos femeninos, en gritos, se escucharon. Sin embargo, cuándo el cantautor rompió la cuarta pared con sus reflexiones, la sala festejó sus dichos de sabiduría popular. Sobre todo, cuando comentó el pasaje sobre el amor. Entonces, el foro había rotado 180 grados para mostrar la pista de un circo. La del show de la vida. Entre uno y otro espacio, habló de sí, de su origen humilde, su madre, las mujeres. Precavido, cantó sus éxitos sin acercarse demasiado al respetable (además de la poca seguridad de guaruras). Sus éxitos sonaron diferentes por la inclusión de instrumentos de cuerdas, así como la improvisada batería hecha de sartenes, botes metálicos y plásticos, que según el cantante, “el presupuesto no alcanzó para pagar dos baterías”. El innovador instrumento musical dio sabor caribeño a Historia de un taxi. Con atuendo negro y tenis, pasada la mitad del Metamorfosis, se quitó el abrigo y ató su cabello. Siempre se le vio relajado. Contento. Y al sonar los acordes de Te conozco, tomó asiento para escuchar el monumental coro unisex. Porque adolescentes y adultos, aquellos de cuatro décadas, disfrutaron del Gigante de Guatemala, quien terminó la velada con Minutos. A los aplausos del auditorio, solo regresó una vez más para cerrar con Mujeres. Unos dijeron que debió temas. Otros satisfechos. Pero él se retiró con más de un foulard que le regalaron sus fans, arropado por las prendas y aplausos a pesar del frío de la noche.