Oigan, la verdad es que con tanta ceniza sí dan ganas de entrarle a eso de la venta de suvenires como lo hacen allá en Atlixco, quienes ofrecen recuerditos de las mismitas entrañas del volcán.

Aquí en esta su vecindad de confianza ya andamos pensando en empaquetarla y venderla como arena para gatos. Puro emprendedor de esos que le encanta apoyar (¡ay, ajá!) a la Secretaría de Economía de Puebla.

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Oigan, hablando de las brillantes secretarías estatales heredadas por Miguel Barbosa Huerta, y una de las que más resbalones comete, la Secretaría de Cultura y su titular Sergio Vergara Berdejo volvieron a hacer de las suyas.

Luego de que juraran y perjuraran que ya han pagado y que no tienen adeudos con artistas contratados vía honorarios, pues vaya sorpresa que se llevó cuando un miembro de la comunidad artística lo confrontó cara a cara, con pruebas en mano, documentos, fechas y nombres, para decirle que no les han pagado desde hace tres meses.

¿Y luego? Pues que el muy divertido don Sergio se río y dijo que al quejoso le va bien, porque a otros hasta cinco meses les debe.

¡No, pues vaya sensibilidad! Ya bastante tienen que aguantar las y los trabajadores con las ansias de protagonismo del titular de Cultura como para todavía recibir menosprecio y burlas.

¡Ay Vergara, no esperábamos menos de ti!

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La diputada panista Aurora Sierra Rodríguez quedó mal, pero muy mal, al intentar quedar bien con las mujeres y en específico con las que son madres.

No solo ella es la responsable, sino también el equipo que la asesora y hasta los jurídicos del grupo legislativo del Partido Acción Nacional en el Congreso de Puebla.

Y es que todos en conjunto hicieron quedar mal a la diputada cholulteca, quien presentó una iniciativa sensible, conocida a nivel nacional como ‘Ley Cunas Vacías’, que busca proteger a las madres y padres de hijas e hijos que mueren en el embarazo.

Lo lamentable es que es una propuesta sensible y delicada con la cual, seguramente, la panista intentó quedar bien.

Pero la realidad es que su incompetencia quedó exhibida, pues en su iniciativa adicionó el artículo número 265 a la Ley de los Trabajadores al Servicio del Estado, sin embargo, está ley sólo cuenta con 118 artículos.

Con esto se demostró que la diputada copió mal la iniciativa que se presentó a nivel federal y ni siquiera se tomó la molestia, ni ella ni los de su equipo, de revisar los números de artículos.

¡Qué pasada! ¿No creen?

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La seguidilla de ese gabinete continúa, Ahí tenemos a Teresa Castro Corro, la aún secretaria de Finanzas que por “error” y sin decir nada “perdió” 600 millones de pesos al “invertir” en un banco que meses después quebró y cuyo accionista era Ernesto Cordero Arroyo, curiosamente amigo del fallecido Miguel Barbosa.

La buena noticia es que al fin la bancada opositora se dio cuenta que era oposición (ahora que no tienen quién les jale las orejas) y piden que comparezca, como debe ser, la señora Teresa, con todo y que el presidente de la Junta de Gobierno y Coordinación Política, el morenista Lalo Castillo López anda evadiendo el tema y evita a toda costa llamar a la secretaria.

Dicen los chismosos que el “favor” con la carta del barbosismo que pidió es que la dejen cuadrar cifras, esas y otros números que se han ido filtrando y que pondrían en jaque a más de un trabajador del gobierno. ¿Será?

Yo de mientras me quedo con estas palabras del panista Rafa Micalco Méndez:

“Que nos explique qué pasó con los 600 millones de pesos que se perdieron en una inversión pésima que se hizo, de la cual no se dio cuenta, no se rindió un informe y nos enteramos en medios de comunicación”.

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Vecinas, vecinos, nos leemos mañana. Les dejo mi correo por si quieren chismear más a gusto: [email protected]

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