El uso de la criomicroscopía electrónica ha permitido crear el primer modelo detallado a nivel
atómico de cómo la covid-19 daña los pulmones, lo que podría servir para la
búsqueda de fármacos contra los efectos más graves de la enfermedad, según un
estudio que publica Nature Communications.
El estudio muestra cómo una proteína en
la envoltura del coronavirus interactúa con otra de adhesión celular humana,
la PALS1, esencial para mantener el revestimiento de los pulmones, lo que ayuda
a explicar cómo el virus puede causar gran daño en ese órgano y llegar a
escapar de allí para infectar otros en pacientes especialmente vulnerables.
"Al obtener detalles a nivel atómico de las interacciones de las proteínas
podemos explicar por qué se produce el
daño y buscar inhibidores que puedan bloquear específicamente estas
interacciones", según el autor principal del estudio, Qun Liu, del
Laboratorio Nacional de Brookhaven (EU).
Estudios publicados al inicio de la pandemia ya señalaban que la proteína E, que está en la membrana exterior
del virus, desempeña un "papel crucial en el secuestro de proteínas
humanas para facilitar la liberación y transmisión del virus", explica el
Brookhaven en un comunicado
La hipótesis de los científicos es que lo hace uniéndose a las proteínas de las
uniones celulares humanas, apartándolas
de su trabajo habitual de mantener las uniones entre las células pulmonares
firmemente selladas.
"Esa interacción puede ser buena para el virus y muy mala
para los seres humanos, especialmente para los pacientes de edad avanzada
con covid-19 y enfermedades preexistentes", dijo Liu.
El equipo quería -agregó- entender los
detalles a nivel atómico de cómo la proteína E interactúa con la humana y
aprender a interrumpir las interacciones y reducir o bloquear los efectos
graves.
El nuevo modelo proporciona la base para que expertos en ciencia computacional
"realicen estudios de acoplamiento y simulaciones de dinámica molecular para buscar fármacos o moléculas similares
a fármacos que puedan bloquear la interacción", agregó John Shanklin,
otro de los autores del estudio.
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