La tauromaquia ya no es popular

Marzo 25, 2020

¿Que no se sienten las despedidas? Dile a quien te lo dijo Cielito Lindo que se despida.

Estos días de suspensión de corridas son perfectos para imaginar cómo sería la vida sin toros. Independientemente que es una profesión generadora de ingresos directos e indirectos, qué sería de la gente sin el espectáculo taurino.

¿Quiénes lo extrañarían?

Actualmente la fiesta no es bien vista por toda la población; inclusive, existen aficionados hipócritas, de clóset, consideran que les da mala imagen decir que les gustan los toros. La tauromaquia ha perdido popularidad.

Hace algunos años el espectáculo taurino influía en la sociedad. Por ejemplo, los juegos de futbol se realizaban los domingos a las 12:00 del día, en pleno rayo del sol, porque a las 4.00 de la tarde eran las corridas. Así fue muchos años.

El Popular, diario imparcial de Puebla, a punto de cumplir 10 años de circular, deja de publicar toros. La fiesta pierde paulatinamente adeptos.

A los asiduos al diario en internet, no les interesa leer de toros, en especial a los que no tienen demasiados años les parece de mal gusto, fuera de cacho.

Debería quedarles claro a los taurinos, sobre todo a los profesionales de la fiesta, que la juventud supone que la tauromaquia es dañina. No comprenden que la fiesta es autenticidad, heroísmo, cultura, arte, tradición, emoción, pasión, muerte, vida. Las agrupaciones de profesionales del toreo tienen el compromiso ineludible y urgente de demostrárselo a los jóvenes y jóvenas.

Abunda ignorancia en aquellos que aseguran que la fiesta de los toros está hecha por salvajes para gente cruel, como si las guerras o la violencia que vive la sociedad tuviera que ver con los taurinos.

Evidentemente a la juventud le atrae la emoción, la fiesta la tiene a raudales, sólo hay que convencerla que asista a la plaza a comprobarlo. Una parte considerable de la juventud está confundida. Por un lado, pelean contra las fobias, luchan por la igualdad; por otro lado, desean que los toros maten a los toreros.

Quién entiende tal incongruencia.

Ahí están los comentarios vertidos a la matadora Hilda Tenorio a raíz del percance que sufrió en El Relicario en mayo pasado. Los chavales deben tener algún cable mal conectado, gritan simultáneamente: vivan los derechos humanos, muérete Hilda.

La cuestión es que mientras la juventud entiende las bondades de la tauromaquia, termina mi ciclo en El Popular, diario imparcial de Puebla. Fueron ocho años en este querido periódico al que me entregué sin reservas.

La casa editorial propiedad de la familia Fernández Galindo tiene a Carolina Fernández como directora general, una mujer que bien podría vender los activos de su empresa periodística y vivir tranquilamente de sus rentas. Pero ella es periodista, elige echar la pata pa’lante, jugársela, prefiere estar en la brega aguantando derrotes económicos.

A Carolina no le gusta la tauromaquia, ella vio toros en Madrid cuando estudiaba la maestría de periodismo. A algunos de nuestros lectores les debe gustar, me decía, además es un espectáculo con tradición. El periódico siempre se ha distinguido por su pluralidad, su directora predica con el ejemplo.

El Popular, diario imparcial de Puebla, dio abundante difusión a la fiesta brava poblana. Se hacían previos de una o dos planas para las corridas. Se anotaba una buena cantidad de datos de toros y toreros, a veces algún tema alusivo al festejo para no llenar el texto con paja o lisonjas. Los días de la toreada nos íbamos a regalar periódicos a El Relicario, nos poníamos en las puertas de entrada. A la empresa taurina jamás le costó un peso, siempre se les regaló.

Yo me encargaba de hacer crónica y verter opinión con libertad absoluta, tuve independencia total, jamás hubo línea, se me trató con respeto editorial y emolumentos. Mi agradecimiento irrestricto a la periodista Carolina Fernández Galindo porque permitió que hubiera sección taurina y que ésta fuera cubierta por mi menda. Sólo agregaré que jamás le he entrado al chayote, ni en dinero ni especie.

Aquel tiempo que las mujeres no podían estar en el callejón pasó a la historia. Tuve compañeras fotógrafas que permanecieron en la plaza sin ninguna discriminación, realizaron su trabajo y disfrutaron la cercanía de la acción y del peligro. Mi agradecimiento a todos mis compañeros entre otros a: Magaly Herrera, Mónica Delgado, Karen Rojas, Erick Morales, Lalo Cabrera, Lety Montesinos, Gerardo Alatorre; Lucero Hernández, Israel Velázquez, Nalleli Rayas, algunas personas ya no son parte del diario. Desde luego gracias a usted por leer mis textos.

Ya con ésta me despido, la tauromaquia ya no es popular.

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de El Popular, periodismo con causa.

 
 

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